Una regla de oro en cualquier actividad y más en el área científica es “lo que no está escrito, no existe”, sin embargo, muchas veces, nos cuesta documentar adecuadamente todas las actividades que realizamos en el laboratorio y cuando lo hacemos lo “documentamos” en un cuaderno cualquiera, una nota adhesiva o en el peor de los casos en una servilleta o superficie que fácilmente puede ser borrada. Las buenas prácticas de documentación no son un lujo sino una necesidad.
Documentar eficientemente el trabajo del laboratorio es crucial para presentar los resultados que avalan la reproducibilidad de un experimento o la validez de un análisis, las buenas prácticas de documentación pueden ser nuestro respaldo al realizar un reclamo a un proveedor cuando algún equipo o reactivo no funcionan o no expresan los resultados esperados, el proceso de un reclamo, implica la presentación de la bitácora, sin esta información no sólo podríamos perder el dinero invertido en un aparato o reactivo, se pierde el esfuerzo y trabajo de todo un equipo de colaboradores.
La bitácora de laboratorio, nunca sale del laboratorio
El mejor amigo de un investigador o analista es su bitácora, aunque pueden realizarse bitácoras electrónicas, si éstas no cuentan con candados contra edición, la bitácora en papel es la opción por excelencia. Una bitácora no necesariamente es una libreta estilizada y sofisticada, pero sí debe tener características como:
- Hojas no desprendibles fácilmente
- Contar con hojas y portada con folios
- Ser de tamaño profesional
Si hablamos de reglas de oro para una bitácora, la más grande es: “una bitácora, jamás sale del laboratorio”. Este registro es el ama de cualquier análisis e investigación, así que su permanencia en el laboratorio es fundamental.
Finalmente hay que recordar que la documentación de los resultados en las bitácoras debe ser con tinta indeleble y todas las correcciones y resultados deben estar firmados y fechados.
¿En tu laboratorio, llevas un buen manejo de tus datos? Si no, es buen momento de empezar y recuerda, tu bitácora nunca te acompaña, se queda en el laboratorio.
Felices prácticas